lunes, 1 de noviembre de 2010
Ya van más de 25 años, y Don Juan comenta que esto es lo que le gusta, le encanta conversar y reírse con los vecinos, disfruta cada día lo que hace, además que agracede a su almacén por los estudios de sus hijas y la gran familia que ha podido construir tranquilamente en torno a él.
Probablemente en unos diez o hasta cinco años más ya casi no existan los famosos almacenes, ya nadie venderá arroz o harina por tazas, o quizás las bolsas de té sueltas cuando “las vacas estén flacas”, probablemente estemos rodeados de supermercados que nos coqueteen con ofertas y el bendito dinero plástico que nos tiene prisioneros. Asimismo, intentarán volver a las tradiciones entregadas por el almacén, de hecho actualmente solemos escuchar que “Santa Isabel te conoce”, siendo que ni los empaques sonríen aunque sea por cordialidad.
Pretendo principalmente, que valoremos los pocos almacenes que van quedando, sus tradiciones como por ejemplo sumar con el papel y lápiz, el “fiado” y la verdadera importancia que posee dentro de nuestra idiosincrasia.
Publicado por
Bárbara.
en
21:23
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